Solo 2 horas semanales pueden ayudar a combatir el deterioro cognitivo con una rutina fácil y

MADRID, 17 Ago. (EUROPA PRESS) – La pérdida de capacidades mentales es común a medida que las personas van envejeciendo, y puede incluir problemas de memoria, alteraciones en el pensamiento, la concentración o incluso el habla y el estado de ánimo. El conocido como deterioro cognitivo es un proceso gradual y sin cura, pero cada vez hay más evidencia acerca de distintas medidas de prevención que pueden retrasarlo.
Voluntariado y Deterioro Cognitivo
Un equipo de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos) ha descubierto que las personas que realizan acciones de voluntariado regularmente o ayudan de manera informal a vecinos, familiares o amigos ven retrasado su deterioro cognitivo relacionado con el envejecimiento.
El estudio, publicado en ‘Social Science & Medicine’, analizó a más de 30.000 adultos en EE. UU. y confirmó que, entre aquellas personas que prestaban este tipo de acciones a la comunidad, la tasa de deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento se reducían entre un 15 y un 20 por ciento. El beneficio era más sólido entre quienes dedicaban de dos a cuatro horas a la semana a ayudar a otros.
El profesor adjunto de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia en la UT, Sae Hwang Han, quien dirigió el estudio, destacó: «Lo que me llamó la atención fue que los beneficios cognitivos de ayudar a los demás no eran solo mejoras a corto plazo, sino acumulables con el tiempo gracias a una participación sostenida». Estos beneficios eran evidentes tanto para el voluntariado formal como para la ayuda informal. Se asoció sistemáticamente con beneficios significativos, evidenciado en aquellos que ayudaban de manera moderada.
Ayuda Informal y Sus Beneficios
La investigación es novedosa porque es una de las primeras que analiza tanto voluntariado formal como otras ayudas prácticas en el día a día, que pueden incluir acciones como acompañar a un familiar a una cita médica, cuidar a los hijos de un amigo o arreglar el césped de un vecino.
A veces se asume que la ayuda informal ofrece menos beneficios para la salud debido a su falta de reconocimiento social, pero según Han, «fue una grata sorpresa descubrir que proporciona beneficios cognitivos comparables a los del voluntariado formal».
Para el estudio, se utilizaron datos longitudinales de la población estadounidense, desvelando que el deterioro cognitivo relacionado con la edad se ralentizó a medida que las personas comenzaron y mantuvieron conductas de ayuda. A partir de estos hallazgos, sugieren que puede haber mayores avances en el cerebro de quienes integren las conductas de ayuda en su rutina, año tras año.
Importancia de la Continuidad en la Ayuda
Los datos mostraron que quienes dejaron de prestar estas ayudas por completo vieron afectado su deterioro cognitivo de forma negativa. Esto sugiere la importancia de que los adultos mayores participen en algún tipo de ayuda durante el mayor tiempo posible, con los apoyos y adaptaciones adecuados.
Beneficios Frente al Estrés
Otro estudio reciente, también dirigido por Han, descubrió que el voluntariado atenuaba los efectos adversos del estrés crónico sobre la inflamación sistémica, una vía biológica conocida relacionada con el deterioro cognitivo y la demencia. El efecto fue especialmente pronunciado en personas con niveles más altos de inflamación.
En conjunto, los hallazgos de ambos estudios sugieren que las acciones de ayuda y voluntariado pueden mejorar la salud cerebral, reduciendo el desgaste fisiológico asociado al estrés o fortaleciendo las conexiones sociales que aportan beneficios psicológicos, emocionales y cognitivos.
En el contexto de una sociedad que envejece y la creciente preocupación por la soledad y el aislamiento, los hallazgos también proporcionan una base importante para seguir involucrando a las personas en este tipo de actos, incluso una vez iniciado el deterioro cognitivo.