Ketamina y dolor crónico: estudio revela insuficiencia de evidencia y posibles riesgos

Ketamina y dolor crónico: estudio revela insuficiencia de evidencia y posibles riesgos

Investigación sobre la Ketamina y el Dolor Crónico

MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) – El uso fuera de indicación médica de la ketamina para tratar el dolor crónico no está respaldado por evidencia científica, según un grupo de investigadores de la UNSW Sídney, Neuroscience Research Australia (NeuRA) y la Universidad Brunel de Londres.

Los resultados de la investigación no muestran evidencia clara de un beneficio de la ketamina en el dolor crónico y, sin embargo, identificaron un mayor riesgo de efectos adversos como delirios, paranoia, náuseas y vómitos. En concreto, la certeza de la evidencia se calificó de baja a muy baja debido al pequeño tamaño de los estudios y a la baja calidad metodológica.

Un estudio abarcador

Para afirmarlo, los investigadores examinaron 67 ensayos con más de 2.300 participantes adultos y se evaluaron cinco antagonistas del receptor NMDA: ketamina, memantina, dextrometorfano, amantadina y magnesio, fármacos que se cree que reducen el dolor al bloquear ciertos receptores cerebrales involucrados en la señalización del dolor.

Así, analizaron los efectos en diversas afecciones de dolor crónico y estrategias de dosificación, pero no encontraron evidencia clara de beneficio en ninguna afección o dosis específica. Los efectos secundarios fueron una preocupación importante, especialmente con el uso intravenoso. «Estos efectos son angustiantes para muchos pacientes. Los médicos suelen intentar equilibrar la dosis para aliviar el dolor sin desencadenar estos síntomas, pero esto no siempre se consigue», afirma Michael Ferraro, candidato a doctorado en la UNSW y NeuRA, y primer autor de la revisión.

Incertidumbre en los resultados

«Queremos ser claros: no decimos que la ketamina sea ineficaz, pero existe mucha incertidumbre«, señala Ferraro. «Los datos podrían indicar un beneficio o ningún efecto. Por el momento, simplemente no lo sabemos».

Por otro lado, la investigación tampoco encontró estudios que informaran sobre dos resultados clave: si la ketamina reducían los síntomas depresivos o el consumo de opioides. «Esto es notable, ya que la ketamina se suele recomendar para pacientes con síntomas depresivos o tolerancia a los opioides», apuntan los autores.

Precauciones en la práctica clínica

Ante la falta de evidencia de la eficacia de la ketamina, el profesor de la Universidad Brunel de Londres y coautor principal de la revisión, Neil O’Connell, añade que se debe «ser cauteloso en la práctica clínica e indica claramente la urgente necesidad de realizar ensayos clínicos de alta calidad«.

El profesor de la UNSW e investigador principal de NeuRA, y coautor de la revisión, James McAuley, por su parte, advierte que «se han visto los daños que puede causar tomar medicamentos desarrollados para el dolor agudo y aplicarlos al dolor crónico; los opioides son un claro ejemplo. Ahora observamos un patrón similar con la ketamina». Asimismo, añade que «a medida que se reduce gradualmente la prescripción de opioides, crece la demanda de alternativas, pero se debe ser cauteloso y no precipitarse en su uso generalizado sin una evidencia sólida».

Conclusiones y futuro de la investigación

Finalmente, los autores esperan que la revisión ayude a informar a pacientes y profesionales clínicos a evaluar los posibles beneficios y perjuicios, y que oriente la investigación futura. «Si bien se necesita más evidencia, esta revisión destaca la importancia de realizar ensayos clínicos de alta calidad para comprender si la ketamina desempeña un papel en el tratamiento del dolor crónico», apuntan.

FUENTE

Redaccion

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