El coche eléctrico comienza a ser sostenible después de recorrer 17.000 km en comparación con

29 julio 2025
Un coche eléctrico es más contaminante que uno diésel o de gasolina durante el proceso de fabricación, aunque ese excedente de emisiones queda compensado tras recorrer 17.000 kilómetros, es decir, entre uno y dos años de conducción. Esta es la principal conclusión de un estudio publicado por el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), que compara el impacto medioambiental de los vehículos de combustión interna (gasolina y diésel) con los de híbridos y eléctricos.
El análisis calcula las emisiones de gases de efecto invernadero producidas durante el uso del vehículo, así como en la fabricación y el reciclaje del automóvil y de las baterías, en la producción del combustible y de la electricidad utilizados por cada vehículo, y en el mantenimiento.
Los autores concluyen que la huella de carbono durante la vida útil de un coche eléctrico, establecida en 20 años, es un 73% menor que la de un coche de gasolina o diésel. Esta diferencia aumenta al 78% si el coche eléctrico se carga con fuentes de energías renovables.
Asimismo, el estudio estima en 63 gramos de CO2 por kilómetro las emisiones de un coche eléctrico durante su ciclo de vida, lo que representa un 24% menos que en 2021. Esta mejora se atribuye a la mayor eficiencia de los propios vehículos eléctricos y a los avances en la generación de electricidad, gracias a la aportación creciente de fuentes renovables.
Fabricación y reciclaje de las baterías
El informe también ha observado las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes del proceso de fabricación de las baterías de los vehículos eléctricos, que incluyen la extracción de la materia prima, su procesamiento, la fabricación de las celdas y el empaquetado final. Además, se han tenido en cuenta los efectos perjudiciales de estas actividades en el entorno natural.
Asimismo, se ha analizado el final del ciclo de vida de las baterías, calculando las emisiones generadas por los trabajos de tratamiento al final de su vida útil. Sin embargo, el estudio no contempla la reducción en la huella de carbono derivada de la recuperación de los materiales de la batería y su uso en otras aplicaciones.