De cartas inusuales a una bolsa de patatas por 1.210 euros: el fenómeno Pokémon genera entusiasmo

De cartas inusuales a una bolsa de patatas por 1.210 euros: el fenómeno Pokémon genera entusiasmo

El fenómeno Pokémon y su impacto en el coleccionismo

El fenómeno Pokémon, que lleva casi tres décadas cautivando a distintas generaciones, ha disparado la búsqueda de todo tipo de artículos, desde cartas raras hasta juguetes y envoltorios. Un ejemplo de esto es la bolsa promocional de patatas fritas del año 2000, que fue subastada por un coleccionista por un impresionante monto de 1.210 euros, lo que demuestra que estos artículos pueden ser también una inversión rentable.

La «fiebre» por objetos del universo Pokémon, que incluye criaturas ficticias con habilidades y poderes tan icónicos como Pikachu, ha revitalizado el mercado del coleccionismo gracias a la nostalgia, las tendencias y la influencia de internet.

En el último año, el portal especializado Todocoleccion ha registrado más de 385.750 búsquedas relacionadas con la franquicia, lo que representa un aumento interanual del 300 %. El término ‘Pokémon’ es el más buscado en la plataforma, donde los tazos y cartas figuran como los artículos más deseados.

Según Ignacio del Valle, portavoz de Todocoleccion, Pokémon ha sabido evolucionar y expandirse a series, mangas y otras ramas del coleccionismo, consolidándose como uno de los principales fenómenos multimedia a nivel global.

Nostalgia, arte, comunidad y estrategia convergen en este mundo «fascinante», que atrae a perfiles diversos, desde niños y jóvenes ‘millennials’ hasta inversores profesionales y coleccionistas experimentados.

La colección de cartas y su creciente valor

En el ámbito de las cartas, las primeras ediciones originales, especialmente las holográficas certificadas, son altamente codiciadas. El interés y el precio de mercado dependen de factores como el estado de conservación, la tipología de los personajes, la rareza de la carta y el idioma (las cartas en inglés son especialmente valoradas).

La pasión de los coleccionistas no se limita solo a las cartas; también abarca figuras, publicaciones y otros tipos de material, incluidos envoltorios que han visto incrementado su valor a lo largo de los años.

Un caso particular es el de una bolsa vacía de ‘multipack’ Lays, que contenía seis paquetes y que Miguel Ángel Domínguez conservó en su casa de Madrid. Esta bolsa, subastada en la mencionada plataforma, alcanzó la cifra de 1.210 euros, obtenida por un coleccionista que, curiosamente, no era aficionado a Pokémon, sino a este tipo de envases.

Cuando el coleccionismo se vuelve historia personal

Domínguez, geólogo de 49 años, ha compartido que, al anunciar el precio de la subasta a su mujer, ella no podía creerlo. Desde pequeño, ha acumulado una extensa colección de cómics —estimando decenas de miles—, así como muñecos y objetos de la saga Star Wars, además de artículos de Pokémon.

Recuerda que fue una «lucha» con su madre para poder conservar la bolsa de patatas, quien le decía: «no me llenes la casa de basura». A mediados de los años 90, cuando Pokémon se popularizó, internet aún no era ampliamente accesible y la información llegaba a los jóvenes a través de otros medios, como revistas de las que él ha guardado recortes sobre la franquicia japonesa.

Para él, el objetivo nunca ha sido la inversión, sino la acumulación de objetos que realmente le gustan, incluyendo promociones que adquiere mientras viaja. Refiriéndose al valor de los objetos, ha aclarado que el precio no siempre aumenta con el tiempo. «Ahora hay gente dispuesta a pagar ese dinero. Esa idea de que si esperas cinco o diez años valdrá más, no siempre se cumple», asegura.

Entre las ventas más destacadas en los últimos meses en Todocoleccion, además de la bolsa de patatas fritas, se incluyen una colección completa de cartas coleccionables Topps series 1 Spanish Foil, vendida por 999,99 euros; un lote de Nintendo 64 con Zelda, Mario Bros y Pokémon, por 750 euros; y una bolsa de Cheetos Pokémon del año 2000, subastada por 676 euros.

El auge de las cartas Pokémon

José Pellicer, quien atesora 350.000 cromos de diversas temáticas en su hogar en Manises (Valencia), ha señalado que actualmente hay «muchos coleccionistas de Pokémon y gente con poder adquisitivo para comprar» los artículos de la franquicia.

Según él, «lo que estamos viviendo no se había experimentado desde los inicios». No se trata solo de un «boom,» sino que hay personas especulando e incluso invirtiendo en productos sellados, los cuales se revenden sin abrir.

Aproximadamente, una cuarta parte de su vasta colección está relacionada con Pokémon, que incluye mayoritariamente cartas, cromos de pegatina y juguetes. Para él, las cartas japonesas son «las más bonitas», y a veces se utilizan para completar colecciones en inglés, ya que son más económicas.

Sobre su última adquisición, logró una carta ‘Full Art’ al abrir 54 paquetes, que actualmente tiene un valor de 400 euros. Sin embargo, reconoce que «hay gente que abre mil y no lo consigue».

FUENTE

Redaccion

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