Aumenta la inseguridad alimentaria en Oriente Medio y África, advierte la ONU.

Aumenta la inseguridad alimentaria en Oriente Medio y África, advierte la ONU.

Informe SOFI 2025: Crisis Alimentarias a Nivel Global

Publicado 28/07/2025 – 17:32 CEST
Última actualización 17:34

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Las crecientes crisis mundiales han exacerbado el hambre en África, Asia y Oriente Próximo, advierten los organismos de Naciones Unidas. Según su informe SOFI 2025 («El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo»), la guerra comercial, los conflictos armados y la emergencia climática son las principales causas de la inflación alimentaria mundial.

El informe, que recoge datos de cinco organizaciones internacionales (FAO, UNICEF, PMA y OMS), fue elaborado por el FIDA, una agencia de la ONU con sede en Roma que concede subvenciones y préstamos a bajo interés para financiar proyectos en países en desarrollo. «La situación es alarmante, sobre todo en África y Oriente Próximo», declara a ‘Euronews’ Álvaro Lario, presidente de la organización. «Es una mezcla entre los conflictos, algunos de los trastornos o choques causados por las tensiones económicas o comerciales y también los choques climáticos. Estos son los tres principales motores», explica Lario.

Las cifras de la encuesta muestran que la proporción de la población que se enfrenta al hambre en África superó el 20% en 2024, afectando a 307 millones de personas, mientras que en Oriente Próximo se estima que el 12,7% de la población, o más de 39 millones de personas, se enfrentó a condiciones de hambruna el año pasado.

Los pequeños productores, amenazados por el auge de los precios

Las condiciones de vida cada vez más penosas de los pequeños agricultores y las poblaciones rurales de los países en desarrollo son catalizadores de los flujos migratorios económicos. «Está claro que cuando la gente no tiene la capacidad de tener un medio de vida donde está, se ve obligada a emigrar», dice Lario. El vínculo entre la migración, la capacidad de alimentarse y de producir alimentos es evidente, añadió.

Según los criterios de la ONU, los pequeños agricultores son aquellos que explotan menos de 2 hectáreas de tierra. Estos producen un tercio de los alimentos del mundo y hasta el 70% de los de África. La existencia económica y la sostenibilidad de los pequeños agricultores resulta esencial para el suministro de alimentos y la seguridad alimentaria en los países en desarrollo.

Sin embargo, según las normas internacionales, todos ellos viven por debajo del umbral de la pobreza, representando el 80% de la población más pobre del mundo. Según la evaluación del FIDA, la ayuda internacional a la agricultura no satisface las necesidades de los pequeños agricultores: de hecho, reciben menos del 1% de la financiación climática, lo que supone algo más de 4.000 millones de euros al año, cuando necesitarían más de 70.000 millones.

La inversión a largo plazo en la agricultura y en los pequeños agricultores de los países en desarrollo es crucial para hacer frente al hambre en el mundo. «África importa aproximadamente entre 70.000 y 80.000 millones de euros de alimentos cada año. Está claro que podrían ser autosuficientes y crear muchos de esos puestos de trabajo en África», afirma Lario. Cada año, aproximadamente 10 millones de jóvenes africanos se incorporan al mercado laboral. «Podrían crearse muchos puestos de trabajo no solo en términos de producción, sino de distribución, almacenamiento, comercialización o exportación», concluye Lario.

El aumento de los conflictos altera la cadena alimentaria

Según la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF), más de 35 millones de personas viven en estado de emergencia (fase 4 de la CIF), y casi dos millones han alcanzado la fase 5 de la CIF, calificada de «catástrofe». Los lugares donde la población se enfrenta a grados extremos de inseguridad alimentaria son los palestinos que viven en la Franja de Gaza, junto con Sudán del Sur, Sudán, Yemen y Haití.

El estudio indica que el 100% de la población de la Franja de Gaza se enfrenta a altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, afectando a un total de 1.106.900 personas, casi el doble de las 576.000 registradas en 2023, la cifra más alta jamás estimada a nivel mundial en la historia de la CIF. «La situación es bastante alarmante, especialmente en África y sobre todo en Oriente Próximo. Yo diría que esas son las dos zonas en las que las cifras siguen aumentando», concluye Lario.

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Redaccion

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