Adiós a los trenes de combustión y eléctricos: el futuro se mueve con hidrógeno en sus vías

Los trenes constituyen uno de los medios de transporte más antiguos y fascinantes de la historia. Su creación llegó en el siglo XIX y, desde entonces, su evolución ha sido significativa. Tanto que hoy los trenes de combustión y eléctricos están comenzando a quedar obsoletos. Los viajes en tren se los debemos al ingeniero británico George Stephenson, que desarrolló la primera locomotora a vapor en 1814.
El mundo del transporte dio un giro de 180 grados en 1825 con la apertura de la primera línea de ferrocarril comercial, ubicada entre las ciudades de Stockton y Darlington, en Inglaterra. A partir de ese momento, los trenes pasaron a verse como una de las formas de transporte más importantes del mundo. Su uso ha facilitado el comercio, el movimiento de personas y la conexión entre diferentes ciudades y países.
En la segunda mitad del siglo XIX, los trenes fueron grandes protagonistas en la Revolución Industrial. Gracias a ellos, fue posible concretar el transporte y reparto de materias primas y productos terminados. Actualmente, este medio de transporte sigue siendo vital en todo el mundo. De hecho, la mira está puesta en lograr un movimiento igual de óptimo, pero con el uso de combustibles limpios.
Los trenes evolucionan más rápido de lo que creíamos: esta vez, la expectativa es más que alta
Tras exponerse lo que está pasando en China con estos trenes, ha salido a la luz una noticia crucial sobre India: ha finalizado satisfactoriamente las pruebas de su primer tren impulsado por hidrógeno. Se trata del más potente del mundo, con 1.200 caballos de fuerza.
El debut del primer vagón ferroviario propulsado por hidrógeno en India no responde solo a una proeza técnica, sino que también supone una acción estratégica dentro de un plan ambicioso: descarbonizar uno de los sistemas ferroviarios más grandes del mundo.
Corresponde a un prototipo de 1.200 caballos de fuerza (alrededor de 890 kW). Con esta cifra, supera considerablemente a otras piezas similares en Europa y Asia, que oscilan entre los 500 y 600 HP. Esta subida de potencia no se trata de un lujo técnico, sino una respuesta a la necesidad de mover trenes de mayor capacidad en rutas extensas, muchas de las cuales todavía no han sido electrificadas. De esta manera, se reducen tanto las emisiones como la dependencia de combustibles fósiles en recorridos críticos.
India da a conocer el futuro de los trenes: el hidrógeno
El respaldo institucional ha resultado clave para que este progreso tecnológico fuera posible. Se destinaron 2.800 crore de rupias (unos 310 millones de euros) a la elaboración de 35 trenes de esta tipología, lo cual permite que India pase del concepto en papel a la realidad.
Este refuerzo está inscrito dentro de la meta nacional de alcanzar cero emisiones en el sistema ferroviario en 2030. Este tipo de trenes trabajan a través de pilas de combustible de hidrógeno, haciendo una combinación de hidrógeno con oxígeno del aire para producir electricidad.
India crea la hoja de ruta para el futuro de los trenes: átomos de agua
El único residuo que desprende el hidrógeno es vapor de agua y calor, por lo que se menciona que se impulsa con átomos de agua.
Este accionar descarta las emisiones directas de gases nocivos para el medio ambiente y acota de forma considerable la contaminación acústica. India ha cumplido con este tren el sueño que todavía persiguen muchos países.
Los trenes de combustión y eléctricos, aunque útiles durante mucho tiempo, se están quedando atrás. El futuro ya está aquí y se impulsa con átomos de agua. Mientras tanto, China sigue confiando en el tren eléctrico, pero con una particularidad que lo hace destacar.