El primer ministro asegura que la devastación de Melissa en Jamaica es inédita en décadas
Un hombre se moviliza en bicicleta frente a un vehículo volteado por las lluvias del huracán Melissa, el 1 de noviembre de 2025, en Montego Bay, Jamaica. El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, afirmó que la magnitud de la destrucción causada por el huracán «no tiene precedentes en décadas» en su país, donde han muerto al menos 28 personas.
«El huracán Melissa, de no ser por la covid-19, podría describirse como el desastre del siglo», dijo el primer ministro en sus redes sociales. Holness describió que «comunidades enteras quedaron arrasadas, los árboles se partieron como ramitas y la otrora verde región de Cockpit Country ahora luce un aspecto invernal y desolador».
Sin embargo, en medio de esta devastación, la resiliencia de la población resplandece, con familias que dan gracias por la vida, incluso después de haberlo perdido todo, destacó Holness.
Jamaica, enfocada en la ayuda por los estragos de Melissa
El primer ministro reconoció que el Gobierno es plenamente consciente de que «la frustración puede surgir cuando la esperanza se topa con la adversidad, cuando no hay agua, electricidad, alimentos ni refugio». Por ello, Holness garantizó que trabajan para «optimizar cada nivel del sistema de respuesta», al asegurar que cuando las personas o los socios se ofrezcan a ayudar, exista una estructura clara y ágil que dirija los recursos con eficacia.
Jamaica ha recibido ayuda humanitaria de numerosos países, pero, en algunos casos, el reparto se está complicando debido a que todavía hay carreteras bloqueadas y comunidades aisladas.
La Fuerza de Defensa de Jamaica (JDF, en inglés) instó, en la víspera, a los residentes de las comunidades más afectadas por el huracán a que colaboren en la limpieza de escombros en espacios abiertos de gran tamaño para permitir el aterrizaje de helicópteros con ayuda humanitaria.
Melissa, que tocó tierra el pasado 28 de octubre en el oeste de Jamaica como un huracán de categoría 5 (la máxima en la escala Saffir Simpson), ha causado la muerte de al menos 28 personas en el país y devastadores daños en viviendas e infraestructura.
