¿El corazón conserva memorias? El enigma de los trasplantes que alteran la personalidad de los
MADRID, 18 Oct. (EDIZIONES) – Hoy creemos que las emociones, la memoria y los pensamientos residen en nuestro cerebro, lo que justifica la práctica de trasplantar el corazón de una persona a otra, un procedimiento que suele funcionar en la mayoría de los casos.
Sin embargo, de vez en cuando surgen historias extraordinarias. En una reciente entrevista con Salud Infosalus, el cardiólogo e historiador del corazón Vincent M. Figueredo comparte la notable experiencia de Claire Sylvia, una exbailarina profesional que recibió un trasplante de corazón y pulmón de un joven de 18 años que falleció en un accidente de moto y que, curiosamente, empezó a mostrar comportamientos similares al del donante.
Según cuenta Figueredo, «Tras la operación, sus amigos notaron que Claire comenzó a caminar como un hombre. Empezó a tener antojos de cerveza y nuggets de pollo, alimentos que detestaba antes del trasplante. La familia del joven fallecido confirmó que esos eran los gustos del chico». Este relato se encuentra en su libro ‘La curiosa historia del corazón’, donde examina la historia humana y su vinculación con este órgano, tan esencial en nuestras vidas.
Figueredo destaca que no les sorprendió ver a Claire actuar de esa manera, ya que ahora llevaba el corazón del joven dentro de ella. Además, mencionó que esta historia inspiró la película de 2013 ‘Heart of a Stranger’, protagonizada por Jane Seymour.
El cardiólogo hace hincapié en que existen otros relatos de pacientes que parecen heredar rasgos de personalidad de sus donantes, aunque son poco comunes y anecdóticos. Esto plantea la cuestión de si debemos ver al corazón solamente como una bomba. ¿Conserva pedazos de nosotros, que podríamos denominar alma o emociones, que viajan con él? «Al menos, de manera simbólica, sí», subraya Figueredo.
El Corazón del Futuro
En su amplia experiencia en el campo cardiológico, Figueredo también se refirió a cómo visualiza el corazón del futuro. Mencionó que en el siglo XXI ya estamos avanzando en la reparación e inserción de válvulas cardíacas nuevas a través de catéteres, evitando en muchos casos las cirugías a corazón abierto.
El cardiólogo comentó: «Implantamos dispositivos de asistencia ventricular artificial para pacientes con insuficiencia cardíaca grave, ya sea como un puente al trasplante o incluso como reemplazo completo del corazón. Uno de los receptores llegó a vivir siete años».
Figueredo también anticipa que en un futuro no muy lejano se llevarán a cabo ‘xenotrasplantes’, es decir, trasplantes de corazones de animales (como cerdos) a humanos, debido a la crónica escasez de donantes humanos. Un paciente reciente que recibió un corazón porcino modificado genéticamente sobrevivió dos meses.
Asimismo, el especialista agregó que se están cultivando nuevas células cardíacas en corazones dañados y considera que en el futuro tendremos marcapasos biológicos, vacunas para prevenir enfermedades cardíacas, y tecnología de impresión 3D, capaz de crear válvulas perfectas adaptadas a cada paciente o incluso un corazón nuevo completo.
