Cardenal venezolano denuncia restricciones de autoridades para visitar el pueblo de José Gregorio
El cardenal Baltazar Porras, de Venezuela, denuncia que las autoridades del país le impidieron viajar al pueblo de Isnotú, en el estado Trujillo, donde tenía previsto asistir a una misa por el natalicio del médico José Gregorio Hernández, el primer santo venezolano, quien nació en esa localidad.
En un video publicado en Instagram, Porras informó que solicitó autorización para regresar a Caracas después de no poder dirigirse a Isnotú por tierra, desde un aeropuerto en el estado Lara. Durante su permanencia en el aeropuerto, estuvo «rodeado de una cantidad de militares armados hasta los dientes».
«Creo que no es la forma de celebrar el ejemplo que nos deja José Gregorio y que sirva de reflexión absolutamente para todos, y que esto significa sencillamente un atropello», expresó el también arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Caracas, quien mencionó que había sido invitado «desde hace tiempo» por la representación de la Iglesia católica en Trujillo.
Prohibición del traslado también por tierra
Porras, quien viajaba en un vuelo privado, explicó que aterrizaron en Lara tras recibir instrucciones de «hacer escala en Barquisimeto», capital de esa región, debido a que supuestamente había «vientos muy fuertes en el aeropuerto de Valera» y estaba «cerrado hasta horas de la tarde».
«Nos fuimos dando cuenta de que algo extraño estaba pasando. Logramos tener información directa de que el aeropuerto de Valera no estaba cerrado y que seguían llegando diferentes vuelos, pero llama la atención la militarización que se fue dando en el mismo aeropuerto de Barquisimeto», indicó.
Decidieron intentarlo por tierra, pero esa opción fue también «vetada por la fuerza pública», que no les «permitió prácticamente salir del aeropuerto».
El prelado lamentó: «Tuvimos que volver en medio de un despliegue militar realmente inusitado, sin tener ninguna explicación».
Restricciones en libertad de movimiento
Este incidente se sumó a un aviso recibido a la medianoche sobre la supuesta suspensión de su vuelo con la aerolínea estatal Conviasa para viajar a Trujillo ese sábado por la mañana.
Sin embargo, Porras aclaró que el aviso «solo fue enviado» a su correo, ya que, al final, el vuelo «sí salió y llegó de forma correcta a Valera».
Además, mencionó que previamente se recibió información sobre una llamada del Viceministerio de Asuntos Religiosos y Cultos a la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), en la que se indicaba la «inconveniencia» de su presencia en Isnotú, alegando que tenían conocimiento de «disturbios y de cosas que se iban a realizar allí».
El cardenal advirtió que «no hay una libertad» para que los ciudadanos «puedan moverse de un sitio a otro».
A pesar de no haber sufrido agresiones físicas, expresó su preocupación: «No tuvimos, por supuesto, ninguna agresión física ni nada, un silencio, pero lo poco que pudimos escuchar es que son órdenes superiores. ¿Cuál es el delito que se ha cometido para que no pueda uno ir a cumplir con un deber religioso, un deber de celebrar y presidir una eucaristía?», cuestionó.
