Ahora protegerán el mañana de la humanidad, ya no serán solo un error del pasado
La vida está llena de sorpresas, como el descubrimiento de un yacimiento en España; sin embargo, lo que más llama la atención es cómo las antiguas centrales de carbón y gas, que iban a ser demolidas y olvidadas, se están convirtiendo en centros de datos. Los protagonistas detrás de esta transformación son Microsoft y Amazon.
Estas empresas han encontrado una ventaja estratégica en las antiguas centrales: estas plantas ya tienen una conexión directa a la red eléctrica y cuentan con sistemas de refrigeración por agua instalados, ambos requisitos indispensables para cualquier centro de datos. Además, estas ubicaciones poseen todos los elementos necesarios, como infraestructura hídrica, recuperación de calor y acceso directo a la red, lo que permite reducir drásticamente los tiempos para obtener permisos y acelerar la puesta en marcha.
Grandes beneficios para todos
Esta iniciativa ha traído consigo grandes beneficios, ya que, por un lado, otorga una segunda vida a infraestructuras que estaban condenadas a desaparecer, y por otro, abre nuevas oportunidades de negocio para las empresas energéticas. Grupos como Engie en Francia, RWE en Alemania o Enel en Italia, que enfrentaban la disyuntiva de qué hacer con sus viejas centrales, ahora consideran sus terrenos y conexiones eléctricas como activos muy valiosos. Las negociaciones ya no se limitan solo al arriendo de los terrenos; las empresas están cerrando contratos de suministro eléctrico a largo plazo que garantizan ingresos estables y predecibles durante años.
Lo más significativo es que estos fondos permitirán financiar la creación de nuevas instalaciones de energías renovables. Así, el dinero que antes se perdía en el desmantelamiento, ahora se reinvierte en la transición hacia energías limpias, lo cual constituye un gran apoyo económico para las empresas y, por supuesto, un importante aporte a nuestro planeta.
El nuevo futuro de la IA
Este enfoque señala un cambio importante en el futuro tecnológico y energético de Europa, ya que hay alrededor de 153 centrales viejas de carbón y gas que cerrarán pronto, pero ahora podrán recibir un nuevo uso. Proyectos ya están en marcha; por ejemplo, la empresa británica Drax busca socios para su antigua central en Yorkshire, y EDF de Francia ya está transformando viejas plantas de gas en centros de datos.
Recientemente, un informe sugirió que los combustibles fósiles tienen los días contados; sin embargo, gracias a esta iniciativa, la misma infraestructura que anteriormente utilizaba combustibles dañinos se convertirá en la base para las tecnologías del mañana. Así, los errores del pasado se transforman en una oportunidad para avanzar hacia un futuro más sostenible.